Que el niño esté bien alimentado es una preocupación permanente en los padres. Las razones son variadas: a los escolares les atrae especialmente la comida rápida (pizzas, hamburguesas, perros calientes, pasta y papas fritas), pasan buena parte del día fuera de casa, en no pocas ocasiones pierden el apetito o están distraídos en otras actividades, que hacen del momento de comer una opción secundaria.
Es necesario ingeniárselas para ofrecerles comidas balanceadas y al mismo tiempo apetitosas, atractivas y variadas. Una serie de trucos hacen más sencillo que los niños alcancen la meta de la buena alimentación y reciban con ello los nutrientes indispensables para asegurar su crecimiento y desarrollo:
- Procure que los pequeños salgan de casa habiendo desayunado.
- Planifique la lonchera para que sea atractiva. Trate de enviar los alimentos preparados desde casa.
- Procure que los niños se acostumbren a realizar las tres comidas diarias a horas similares y refuerce hábitos como lavarse las manos antes de comer y ayudar a levantar la mesa.
- Eventualmente, y con las precauciones necesarias, permítale a su hijo en edad escolar “ayudarlo” a preparar los alimentos.
- Enséñeles a comer frutas y verduras. Por lo menos una ración de cada una en el almuerzo y la cena.
- Compense los posibles déficits de vitaminas, minerales y aminoácidos con los productos adecuados, su médico podrá orientarlo.
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