Cáncer de Próstata: un enemigo silencioso

martes, 15 de marzo de 2011


(Colaboración: Dr. Nelson Mederos, Urólogo)



El Cáncer de Próstata (CP) es un tumor maligno producto del crecimiento anormal de tejidos que puede invadir órganos vecinos y diseminarse en otras partes del cuerpo. Es el cáncer urológico más frecuente. En Venezuela, ocupa el segundo lugar en casos informados de cáncer y el primero en número de muertes por la enfermedad. Por diferentes causas, entre ellas el subregistro, no se conoce la verdadera incidencia y prevalencia del CP y sus factores de riesgo en nuestro país. Es conocida la asociación del CP con factores como la edad, raza negra, dieta rica en grasas animales y herencia (tener un padre o hermano que lo haya padecido).

¿Cómo se diagnostica?
Dado que el CP es una enfermedad tumoral, grave y potencialmente mortal, es responsabilidad del paciente acudir al Urólogo a sus controles anuales a partir de los 50 años. En aquellas personas que tienen factores de riesgo como antecedentes familiares o raza negra, los controles urológicos deben comenzar alrededor de los 40 años. EL Cáncer es curable en su etapa inicial, pero lamentablemente no presenta síntomas en esta fase.
Existen tres procedimientos fundamentales para examinar la próstata:

a.- Determinación del Antígeno Prostático Específico
Es un examen muy útil en la pesquisa, diagnóstico precoz y seguimiento posterior al tratamiento del CP. Consiste en determinar en una muestra de sangre las cantidades de esta sustancia proveniente exclusivamente de la próstata, cuya elevación por encima de los valores normales representa un riesgo o sospecha de ser consecuencia de un tumor maligno. Es bueno tener presente que sus valores alterados pueden ser producto de otras enfermedades o causas.

b.- Examen Digital Prostático (Tacto Rectal)
Por ser la próstata un órgano interno y no poder ser palpado por el abdomen, su examen se logra introduciendo el dedo índice enguantado y lubricado por el ano del paciente. Así, haciendo tacto con la cara posterior de la glándula a través de la pared del recto, se determina el tamaño, consistencia, sensibilidad y presencia de irregularidades que hagan sospechar un tumor maligno. Este estudio es muy útil como pesquisa y diagnóstico temprano del CP.

c.- Biopsia Prostática guiada por Ultrasonido transrectal
Es un procedimiento menor realizado en forma ambulatoria y en el consultorio, mediante el cual una aguja fina es insertada dentro de la próstata para extraer una pequeña muestra de tejido que será examinado bajo el microscopio por el patólogo con el fin de confirmar el diagnóstico. Si los resultados del examen de sangre y/o exploración digital prostática sugieren la posibilidad de cáncer, su Urólogo recomendará una biopsia, para confirmar la ausencia o presencia y magnitud del mismo.
 
¿Cómo se trata?
Confirmado el diagnóstico y valorada su extensión, mediante exámenes complementarios (de ser necesarios) varias opciones de tratamiento se emplean en la actualidad. Estos incluyen Cirugía, Radioterapia interna, (Braquiterapia) o externa, terapia hormonal y en ocasiones quimioterapia.
El diagnóstico precoz del CP aumenta las posibilidades de curación. Si el cáncer se deja desarrollar sin tratamiento puede invadir otros órganos, causando incapacidad y muerte. El cáncer en su etapa avanzada produce síntomas que obligan a la consulta médica y desafortunadamente es menos tratable.
En definitiva, la decisión y selección dependerá del volumen y extensión del tumor, estado de salud, existencia de enfermedades asociadas y expectativa de vida, teniendo el paciente la obligación de participar, luego de oídas las recomendaciones del médico Urólogo tratante.
El hecho de que no haya síntomas no significa que no se tiene la enfermedad potencialmente mortal, lo que pasa es que se está diagnosticando en etapa pre-clínica (antes de manifestarse) ya que cuando se diagnostica en fase clínica la terapia es probablemente paliativa.

DATOS DEL CÁNCER PROSTÁTICO
  • Anualmente en Estados Unidos se registran alrededor de 130.000 nuevos casos de Carcinoma Prostático y la enfermedad causa cada año cerca de 34.000 muertes en ese país. Alrededor de 1 de cada 10 hombres está propenso a desarrollar la enfermedad que puede llegar a ser mortal.
  • La mayoría de los cánceres de próstata comienzan en la parte exterior de la glándula y son asintomáticos, sólo cuando ya está en fases muy avanzadas el tumor presiona la uretra y comienzan a aparecer los síntomas relacionados con el flujo urinario (micción).
  • Con tratamiento temprano el porcentaje de hombres que sobreviven al Cáncer de Próstata más de 10 años es aproximadamente igual al de los que nunca han padecido la enfermedad.
  • En sus etapas iniciales el Cáncer de Próstata es curable
  • El tratamiento a seguir depende de múltiples factores como edad, existencia o no de otras enfermedades y etapa en la que se encuentre el cáncer.
  • Estudios científicos han demostrado que una dieta alta en grasas animales puede contribuir a desarrollar esta forma de cáncer.
  • A medida que el hombre avanza en edad se incrementa también la posibilidad de que esté padeciendo un Cáncer de Próstata.
  • En muchas ocasiones el tratamiento de Cáncer de Próstata no afecta el estilo de vida ni el control urinario.

¿Es grave tener sangre en la orina?




(Colaboración: Dr. Nelson Mederos, Urólogo)
La presencia de sangre en la orina (conocida como Hematuria) es producto de sangramiento en el tracto urinario. La Hematuria puede ser microscópica (al ser detectada mediante exámenes especiales como pruebas químicas y al microscopio), o macroscópica (cuando es apreciada a simple vista y torna a la orina de color rojo u oscura). Ambas condiciones pueden ser un signo de enfermedad y no por ser microscópica o presentar menor cantidad de sangre en la orina, el problema es menos importante. El sangramiento del tracto urinario ocasional, intermitente o permanente puede ser producto de varias causas. En 1 de cada 4 pacientes la fuente de la hematuria es una enfermedad que puede ser grave.

¿Cuáles son las causas?
Entre las causas más comunes de hematuria se encuentran: Cálculos Urinarios, Cistitis o Infecciones Urinarias, Cáncer en cualquier nivel del Tracto Urinario, Tumores Prostáticos, Traumas Urinarios, Enfermedades de la Sangre (Drepanocitosis) y de la coagulación, Efecto de Medicamentos y Enfermedades del Riñón (Inflamación o Glomérulo nefritis). En ocasiones no se encuentran causas aparentes (Idiopáticas).
En oportunidades ciertos alimentos y algunos medicamentos colorean la orina, sin embargo, es el médico quien debe determinar si es necesaria una evaluación más detallada.
Las probabilidades del origen y causa de Hematuria según la edad, basadas en estudios de frecuencia, nos muestran lo siguiente:

1.- Recién Nacidos y lactantes menores de 6 semanas:
La hematuria es rara. De ocurrir es producto, en la mayoría de los casos, de trastornos de coagulación, infecciones urinarias, defectos congénitos o enfermedades renales.

2.- Lactantes mayores, adolescentes y menores de 20 años:
En poco común la presencia de sangre en la orina. Las causas más frecuentes son infecciones e inflamaciones renales y obstrucciones de los conductos urinarios.

3.- Adultos de 20 a 40 años:
Son ocasionadas por Infecciones Urinarias, Cálculos Urinarios, Enfermedad o Inflamación de los Riñones y Cáncer de Vejiga.

4.- Adultos de 41 a 60 años:
Su origen en orden de frecuencia es: Cáncer de Vejiga, Cálculos Urinarios e Infecciones Urinarias.

5.- Mayores de 61 años:
Cáncer de Vejiga, Infecciones Urinarias, Cáncer de Próstata y de Riñón.

¿Cómo se diagnostica y se trata?
Tanto si la sangre es visible en la orina como si no lo es, el paciente necesitará una evaluación exhaustiva para encontrar la causa de la hematuria. El Urólogo realizará un interrogatorio de la historia general y familiar del paciente, así como un examen médico. De igual forma, previa información y participación activa del paciente y familiares, solicitará exámenes especiales tales como: Examen de orina, Cultivo de Orina, Citología de Orina, estudios de imágenes del sistema urinario y pruebas inmunológicas, entre otros y visión endoscópica de los conductos urinarios (de gran importancia porque determina el origen y sitio del sangramiento del tracto urinario).
Debido a que la hematuria puede ser un problema serio, es necesario investigar su origen y tratarlo según la causa. Es importante que el afectado consulte a su Urólogo si ve sangre en su orina, aún cuando sea por primera vez. Tal especialista le indicará y realizará estudios que le garanticen un diagnóstico preciso, así como el tratamiento adecuado, el cual en ocasiones será multidisciplinario, a fin de lograr un estado de salud permanente y una adecuada calidad de vida.

Necesitamos el colesterol

jueves, 3 de marzo de 2011

El colesterol es una de las formas de grasa que circula en el organismo y se deposita en los vasos sanguíneos impidiendo una buena circulación. Tiene dos orígenes: uno producido en el propio organismo y otro que se obtiene a través de los alimentos (especialmente los de origen animal como las carnes rojas, la leche entera,  el queso, los embutidos y las yemas de huevos).

¿Necesitamos el colesterol? La respuesta es sí. Y es una afirmación rotunda, porque el colesterol es indispensable para la vida, pues participa en la formación de las hormonas de la corteza suprarrenal y de las glándulas sexuales, los ácidos biliares (necesarios para la digestión), las membranas celulares y la vitamina D. El problema no es que tengamos colesterol, la condición de riesgo para el sistema cardiovascular se presenta cuando existe exceso de colesterol “malo” en sangre.

Cuando el organismo produce demasiado colesterol o lo absorbe en exceso de los alimentos que se ingieren, esa cantidad extra se deposita en las arterias como placa y origina lo que se conoce como ateroma (placa ateromatosa arterial) que se constituye en origen de numerosas enfermedades cardiovasculares (ECV) entre las que se cuentan los temidos accidentes cerebrovasculares, trombos e infarto del miocardio.

Riesgo individual
Las características personales y familiares, así como el estilo de vida  inciden directamente en los riesgos de padecer ECV de cada persona en particular. En el área de prevención cardiovascular se clasifican los factores de riesgo cardiovasculares entre los que se pueden modificar y los que no.

Los que no se pueden modificar son: antecedentes de ECV, la edad, el sexo (los hombres son más propensos a sufrir ECV a cualquier edad mientras las mujeres después de la menopausia) y la predisposición genética.

Los modificables son: hipertensión arterial, dislipidemia, diabetes, tabaquismo, sedentarismo, obesidad, hipertigliceridemia (altos niveles de triglicéridos).

Si bien algunos de los factores de riesgo modificables representan trastornos crónicos para la salud, la medicina actual cuenta con la terapéutica apropiada para mejorar cada condición y disminuir el impacto de las ECV. Para la hipertensión y la dislipidemia se debe tomar medicación contínua.

Trate de manejar… sólo cuando esté despierto

Dormir poco o no dormir y sentarse al volante puede llegar a ser equivalente a manejar con varios tragos encima. Estudios científicos han demostrado que estar despierto 18 y más horas seguidas y conducir puede acarrear consecuencias similares a manejar en estado de ebriedad. Pero a diferencia del beodo, el adormecido no “caerá” probablemente sobre el volante; peor aún, tendrá momentos de adormecimiento en los cuales, casi sin darse cuenta, perderá el control de la máquina que está manipulando.

Diferentes fuentes estadísticas  estiman que entre un 22 y 30 % de los accidentes de tránsito en general están directamente vinculados con los trastornos del sueño que padecen los conductores.

Conductores de alto riesgo
Obviamente los profesionales del volante, especialmente los que transportan cargas en turnos de la noche, son los más propensos a protagonizar accidentes de tránsito como consecuencia de trastornos del sueño. Pero también pueden resultar conductores de riesgo los que laboran en turnos fijos durante la noche cualquiera sea su actividad (se quintuplica el riesgo) y los que tienen más de un trabajo.
Otro grupo de personas sujetas a sufrir accidentes de tránsito al conducir son las que padecen apnea del sueño, los que realizan viajes de negocio y padecen jet lag (descompensación horaria) y quienes trabajan más de 60 horas por semana.
 
Somnolencia y capacidad de manejar adecuadamente un vehículo 
  • La capacidad de reacción frente al frenado del vehículo que va adelante puede ser 2 y media veces más lenta, lo que implica que se necesitará mayor espacio para frenar.
  • Es más difícil y menos preciso maniobrar porque el tono muscular y el sistema nervioso central están relajados.
  • La acción de manejar se automatiza y en consecuencia ante hechos inesperados se responde de manera más lenta.
  • Se tiende a calcular mal distancias y velocidades, tanto de objetos fijos como en movimiento.
  • Los sentidos se ven afectados en su capacidad de recepción y respuesta. En lo que concierne a la vista disminuye la agudeza y puede haber visión borrosa.
  • Se produce desconcentración y se hacen más frecuentes las distracciones.

Cuándo no se está en condiciones de manejar
Ciertas señales deben ser alertas para autocensurarse de tomar el volante, pues se correría riesgos innecesarios:
  1. Si se está inquieto o irritable.
  2. Cuando se bosteza repetidamente.
  3. Si se siente desconcentrado o con pensamientos incoherentes.
  4. Si se nota manejando sin respetar las distancias (de la acera y de los carros alrededor).
  5. Si se siente soñando despierto.
  6. Si no es capaz de recordar los últimos 2 kilómetros recorridos.

Cómo evitar la somnolencia al transitar en vehículo
-Hágase acompañar por alguien que le pueda asistir o advertir que padece  somnolencia.
-Mantenga fresco el interior de su vehículo. Si puede usar aire acondicionado tanto mejor.
-Esté atento a los controles de su carro.
-Trate de no escuchar música suave o relajante.
-No ingiera comidas pesadas justo antes de manejar.
-Si va a realizar un viaje largo prevea descansos.