Cuando la vejiga se llena de orina, el esfínter se contrae
para esperar el momento en el cual será vaciada. La orden de vaciamiento la
emite el cerebro y es lo que conocemos como "ganas de orinar”. En las mujeres que
tienen Síndrome de Vejiga
Hiperactiva (SVH) la vejiga trasmite demasiada información al cerebro y responde
demasiado rápido a sus órdenes, por lo que se produce la Incontinencia Urinaria (IU) o incapacidad de contener la micción (acto de orinar).
La IU la padecen sobretodo las mujeres, aunque los hombres no escapan de ella. Las pérdidas
involuntarias de orina, representan un problema personal, social e higiénico,
que por lo general ocasiona vergüenza y aislamiento, para quienes la padecen. Esta afección es muy frecuente, por lo que se
recomienda que ante los primeros signos se acuda al Urólogo.
La Incontinencia Urinaria de esfuerzo, se presenta cuando existe
debilidad en la unión vesico-uretral (vejiga y uretra), lo que altera el
funcionamiento de la continencia. También se complementa con falta de fuerza
del piso pélvico o músculos del soporte pélvico. Un 40 % de las mujeres que tienen IU de
esfuerzo sufren del Síndrome de Vejiga
Hiperactiva, el cual consiste en alta frecuencia urinaria, incontinencia
por la urgencia y nocturia (alta frecuencia de deseos de orinar durante la noche).
La IU de esfuerzo afecta entre 5 y 10 de cada cien mujeres
entre 35 y 65 años de edad. A partir de
los 30 años las estadísticas señalan que 3 de cada 10 mujeres sufre IU y si no
recibe tratamiento puede empeorar. Con los años, la frecuencia aumenta hasta a
más de la mitad de las mujeres de más cincuenta años.
La Terapia de IU
A todas las pacientes que presenten pérdidas involuntarias
de orina se les recomienda acudir al médico Urólogo quien le realizará una
historia médica detallada para conocer sus antecedentes neurológicos,
quirúrgicos, urológicos y ginecológicos.
Le propondrá llevar un diario vesical (por espacio de 7
días) en donde se realice un registro de datos como cuántos y cuáles líquidos
toma diariamente, con qué frecuencia orina, cuándo le sucedieron los
acontecimientos de IU y en qué condiciones.
A partir de esa información podrá clasificar la IU de su paciente y realizará examen
físico y pruebas adicionales (análisis de orina y de residuo postmiccional, examen
uroneurológico, estudios radiológicos y urodinámicos que le ayudarán a escoger
el tipo de tratamiento más adecuado en cada caso).
La base del
tratamiento de la IU está en:
- Reeducación vesical:
- Cambios de conductas
- Terapias farmacológicas
- Realización de ejercicios de Kegel.
- Eliminar estreñimiento, tabaco y alcohol.
- Tratar afecciones ginecológicas inflamatorias-infecciosas o neurológicas en mujeres mayores de 50 años.
- Eliminar tratamientos médicos que están asociados en la provocación de incontinencia urinaria.
Usualmente con estas indicaciones un 50% de las pacientes
mejora notablemente e incluso supera sus problemas de IU. De no ser así,
transcurridos aproximadamente 6 meses de seguir estas recomendaciones con la
guía de su Urólogo, la paciente puede ser sometida a tratamientos donde
intervienen, en una primera etapa medicamentos y luego otras alternativas.
Lo que no se debe
hacer
Correr inmediatamente al baño cuando se tiene la sensación
urgente de orinar.
Creer que al llegar lo más rápido posible al baño se
evitarán los episodios de IU.
Estar siempre pendiente de la ubicación de los baños, para
tomar previsiones del caso y modificar su vida diaria, tanto en su casa como en
el trabajo. Esta atención altera la calidad de vida de las pacientes con IU.
Tomar líquidos abundantes en el día o la noche, esto aumentará
la frecuencia urinaria y la posibilidad de ocurrir episodios de incontinencia.
Tomar líquidos o comer alimentos considerados irritantes
para el sistema urinario.
No aguantar aunque sea un poco las ganas de orinar, sino
ante las mínimas ganas de orinar correr al baño.
Promover situaciones que provoquen síntomas urinarios de
hiperactividad vesical (tener contacto con agua o superficies frías o
metálicas).
Estar constantemente nerviosa y tensa.
Consejos
Ir despacio al baño al tener deseos urgentes de orinar,
inclusive deseos normales. La sensación de urgencia pasará aunque no haya
orinado.
Si al percibir la IU el paciente está haciendo alguna tarea,
debe suspenderla y permanecer en calma, respirando profundamente, relajando
todo su cuerpo, excepto la musculatura del piso pélvico. La cual tendrá que
contraer y relajar de manera repetida. Deben también “tener la capacidad de
aislarse”, de lo que está pasando en relación con la urgencia y de ser posible
debe quedarse parado o inclusive acostarse o recostarse, pero siempre
contrayendo y relajando la musculatura
perineal. Todo lo mencionado conduce a una inhibición de la hiperactividad
vesical (contractilidad vesical exacerbada) lo que hace desaparecer la
sensación de urgencia.
El paciente deberá esforzarse en suprimir la sensación de
urgencia urinaria una vez logrado encaminarse lentamente al cuarto de baño para
orinar, pero recordando siempre los ejercicios de contracción-relajación del
piso pélvico muscular.
Tener fortaleza anímica para superar los fracasos iniciales
que son frecuentes. El aprendizaje de nuevas habilidades urinarias toma tiempo
y mucho sacrificio personal e inclusive del entorno familiar, social y equipo
médico.
Ejercicios
de Kegel.
En el piso de la pelvis se encuentran capas
musculares que recubren y sostienen,
desde el coxis hasta el hueso púbico, en el caso de los hombres la vejiga y los
intestinos y en las mujeres la vejiga, el útero y los intestinos. La uretra femenina, (canal
delantero por donde se expulsa la orina), la vagina y el recto están dentro de
los músculos del piso pélvico. El piso de la pelvis influye en el control de la
vejiga, las funciones del intestino y también es determinante en las sensaciones
sexuales.
Los
músculos del piso de la pelvis se debilitan por:
En las mujeres:
Embarazo y parto
Estreñimiento
Por
levantar objetos muy pesados con frecuencia
Tos
crónica (por fumar, bronquitis y asma)
Sobrepeso
Cambios hormonales de la menopausia
En los hombres:
Una
operación de la próstata,
Estreñimiento
Por
levantar objetos muy pesados con frecuencia
Tos
crónica (por fumar, bronquitis y asma)
Sobrepeso