Asma: menos crisis, más vida

sábado, 26 de febrero de 2011




El asma es una inflamación crónica de las vías aéreas susceptible a ser controlada.



El asma bronquial es la enfermedad crónica más común y puede ser la más grave en niños. Se trata de una inflamación crónica de las vías aéreas, que se caracteriza por una obstrucción bronquial variable y reversible, ya sea de forma espontánea o con tratamiento. El asma es una respuesta aumentada de las vías aéreas ante estímulos, como alergénos, medicamentos, ejercicio, aire frío, llanto y risa.

Afirmaba el Dr. Guillermo Istúriz, insigne neumonólogo venezolano, hoy fallecido y que dedicó buena parte de su ejercicio profesional al estudio y combate de esta enfermedad, que el asma puede iniciarse a cualquier edad, si bien es cierto que,  tradicionalmente, en un alto porcentaje de los casos los niños manifiestan síntomas de padecerla durante los primeros cinco años de vida.

Síntomas infantiles de asma
Tos, disnea y sibilancias, son los primeros síntomas. La gran mayoría de los procesos asmáticos cursan con manifestaciones alérgicas de cualquier tipo, especialmente rinitis alérgica (8 a 9 de cada 10 pacientes). Así, cualquier persona que sufra de rinitis crónica, estornudos a repetición, tos al ejercitarse o durante la noche, disnea o sibilancias; debe ser evaluada por un equipo médico especializado.

El chequeo incluirá una prueba de la función pulmonar que es muy sencilla y arroja resultados de significación. Consiste en hacer soplar a los pacientes en un dispositivo para medir el flujo pico de los pulmones. Si los valores que arroja son normales, se descarta el asma. De no ser así, se le administra un broncodilatador y se repite la prueba. Si en la segunda oportunidad la función pulmonar (luego de haber recibido el broncodilatador) aumenta entre un 20 y 30 % se considera que la prueba es positiva.

Factores que predisponen
El asma es una enfermedad en la que el paciente períodos asintomáticos y momentos de crisis. El objetivo de su control es lograr que las fases asintomáticas sean cada vez más largas, es decir que no se presenten crisis. Existe una serie de factores que predisponen la aparición de asma bronquial, de ellos probablemente el más importante es el genético. Los hijos de personas que padecen de asma tienen el doble de posibilidades de desarrollar la enfermedad que los hijos de no asmáticos. Otros de importancia son:

Padecer dermatitis o rinitis alérgica
Estar expuesto a alérgenos e la casa como ácaros de polvo y pelos o plumas de mascotas.
Sufrir infecciones virales durante los primeros años de vida
Vivir entre fumadores.

Asma y bronquios
El asma produce tres manifestaciones en los bronquios

Inflamación
Como respuesta alérgica a su sensibilización, los bronquios se inflaman y se obstruyen. Esto produce contracción de la musculatura bronquial y aumento de las secreciones.

Contracción
Al ser expuestos a estímulos capaces de irritarlos como humo, gases, olores, aire frío, ejercicios, risa o tos; los bronquios de los asmáticos se contraen de una forma exagerada lo que provoca que la vía aérea se estreche.

Obstrucción
Cuya intensidad puede variar y es reversible. En el momento de las crisis, se dificulta la circulación de aire, por lo que se sienten los silbidos y disnea al respirar y la sensación de ausencia de aire. Al superar la crisis, el aire transita normalmente por los bronquios y desaparecen los síntomas aún cuando la inflamación persiste.

La ausencia de síntomas es la evidencia de control de la enfermedad no su curación.

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